Guillermo Rodríguez Lara

Guillermo Rodríguez Lara, es un ex militar, político y agricultor ecuatoriano que se declaró primer ministro interino del país después de un golpe de Estado, cargo que ocupó desde 1971 hasta 1975. Guillermo Rodríguez Lara nació en 1924 en la localidad de Pujilí, provincia de Cotopaxi.

En 1945 inició sus estudios de posgrado en la Escuela de Artillería e Ingenieros del Ejército, llegando a ser teniente de ingeniero, y en 1947 recibió una beca para continuar sus estudios en la Escuela Técnica Superior Argentina, donde se graduó como ingeniero militar. En 1966 ingresó al Estado Mayor General de la Academia de Guerra del Ejército y fue condecorado por el Primer Ministro Camilo Ponce de León.

En 1970 se reorganizó el Comando de las Fuerzas Armadas, por lo que fue nombrado Comandante en Jefe del Ejército por Andrés Fernández de Córdova, quien ocupaba el cargo de titular del Ministerio del Primer Ministro. Posteriormente en 1971 fue derrocado por el propio Rodríguez Lara.

Políticamente, Rodríguez Lara se identifica como un hombre de izquierda moderada con aspiraciones progresistas, pero sin tendencias totalitarias. Rodríguez Lara declaró el estado de sitio y estuvo vigente durante casi años sin ninguna razón de peso porque no había terroristas ni guerrilleros operando en el país, ni oposición, resistencia real al régimen ni movimiento social violento.


Tiempo más tarde, los comandantes conjuntos del ejército, la marina y la fuerza aérea comenzaron a presionar a Rodríguez Lara para que renunciara al Ministerio del Primer Ministro, en virtud de lo cual el gobierno comenzó a planificar el retorno a la democracia.

En agosto, durante las actividades conmemorativas del Primer Llamado a la Independencia, anunció la reincorporación de los partidos políticos, ordenándoles realizar elecciones internas e identificar candidatos para mediados del 10 de enero, fecha de las elecciones legislativas de 1970.

La salida de Rodríguez Lara no fue violenta, controvertida o traumática, sino que acordó con altos mandos militares un plazo razonable para renunciar sin mayor conmoción ni revuelo mediático, por iniciativa propia incluso la transferencia de poder entre honores militares y antes de la sesión del Congreso de febrero de 1975.