Los Huaorani son llamados sabela, auishiri, auca y huao, lo que significa Humanos. Son legendarios por sus habilidades para la caza, amplio conocimiento sobre la selva y su diversidad de plantas y animales. Ellos, siempre defendieron sus tierras ancestrales de las intrusiones ajenas que trataron de explotar la selva amazónica y conquistar sus habitantes.
Según la ONHAE cuentan aproximadamente con 3000 habitantes distribuidos en 22 comunidades, de las cuales 12 están en Pastaza. El idioma es el Wao Terero, un idioma no clasificado. Los primeros contactos pacíficos con los extranjeros ocurrieron en 1958, cuando misioneros evangélicos del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) llegaron a las áreas donde vivían.
En 1967, la compañía Texaco descubrió petróleo en la Amazonía Ecuatoriana, donde amplió sus operaciones, por ello los guerreros Huaorani trataron de expulsarlos. En respuesta, el gobierno y Texaco les pidió a los misioneros que aceleraran y ampliaran su campaña para reubicar y pacificar a los Huaorani. Más de 200 Huaorani fueron contactados y extraídos de la trayectoria de los equipos de petróleo y llevados a vivir en un distante asentamiento cristiano.
Grandes áreas de la selva que habían sido su hogar fueron invadidas y degradadas por la contaminación del yacimiento de petróleo y la deforestación, por ello, ya no pueden vivir allí. Los Waorani han decidido establecerse en ciudades como Puyo o cerca de las carreteras construidas por las compañías petroleras, sin embargo, muchos todavía viven en el bosque, un refugio intacto de la selva tropical que se extiende por cerca de 3.000 kilómetros cuadrados de tierras ancestrales de los Huaorani conocida como Yasuní. La Zona ha sido designada como un área de conservación por el gobierno de Ecuador, sin embargo, es amenazada por las compañías petroleras invasoras.
Su máximo organismo es el Consejo Byle Huorani, que es la Asamblea de toda la nacionalidad. La organización mayor de representación externa es la Organización de la Nacionalidad Waorani de la Amazonia Ecuatoriana. La ONHAE es miembro de la CONFENIAE y de la CONAIE. Su economía es de subsistencia en huertos temporales, donde el medio natural les provee los recursos. Algunos tienen contacto directo con el mercado y las actividades de interés comunal es la minga. El hombre para la caza lleva la bodoquera con dardos envenenados en la punta, además todos se adornan perforando sus orejas. Las casas donde habitan («onko») tienen el armazón de madera y el techo cubierto con hojas de palmera, donde en ellas viven entre 10 y 15 personas de una misma familia.