Son tesoros escondidos en la profundidad de la cordillera de Llanganates por el general incaico Rumiñahui. En 1532, comenzó la conquista del Imperio incaico y tomó al Inca Atahualpa en Cajamarca. Atahualpa, se comprometió a cubrir una habitación con oro conocida como Cuarto del Rescate a cambio de su libertad. Pizarro desconfiaba de Atahualpa y su influencia, por lo que condenó al Inca el 26 de julio de 1533.
Una versión de la leyenda sostiene que Rumiñahui se dirigía a Cajamarca con oro, cuando supo que Atahualpa había sido asesinado, donde volvió a Quito, transportando el tesoro hasta la Cordillera Llanganatis. Rumiñahui mantuvo una lucha contra los españoles y fue torturado, nunca reveló la ubicación del oro. La gente ha buscado el tesoro, dando origen que es una maldición. La leyenda se popularizó en el mundo.