En 1967, el consorcio norteamericano TEXACO-GULF, iniciaba la perforación del pozo Lago Agrio No. 1, en el nororiente ecuatoriano. En 1967, la broca del taladro había alcanzado una profundidad de 10175 pies y el crudo empezaba a fluir, registrando el primer brote de petróleo dentro de la Región Oriental, dando inicio a una nueva etapa petrolera en el Ecuador. El pozo Lago Agrio No. 1 se cerró el 31 de julio del 2006, producía apenas 33 barriles diarios, después de haber generado para la nación casi 10 millones de barriles.