Es un tramo del Ferrocarril Transandino que a principios del siglo XX conectaba Guayaquil con Quito con la finalidad de mejorar la economía del país. La primera locomotora llegó el 25 de junio de 1908 a la estación de Chimbacalle, Quito y recorrió 452 kilómetros.
Durante el proceso de construcción, los ingenieros se encontraron con desfiladeros de más de cuarenta metros de caída libre que dificultaron el trabajo. De hecho, se trata de una de las grandes obras maestras de la ingeniería en Ecuador. Uno de los obstáculos con los que se encontraron en el camino era una roca gigantesca de forma triangular, de ahí su nombre, la Nariz del Diablo.
Para construir 13 kilómetros de vía, murieron alrededor de 3000 personas debido a los derrumbes, las picaduras de serpientes y las malas condiciones laborales.