En 1906 del 20 de abril de 1906, 35 niños entre los 10 y 17 años de edad, estudiantes internos del Colegio San Gabriel de Quito de los jesuistas, se encontraban en el comedor de dicho plantel, acompañados por los padres Andrés Roesch, Prefecto del Colegio, y el hermano Luis Alberdi, que de pronto uno de los niños, fijó sus ojos en el cuadro de La Dolorosa y pudo notar, que la imagen de la Virgen abría y cerraba los ojos.
Comunicó a otros y todos fueron viendo el prodigio. El milagro continuó por más de quince minutos. Luego, el padre Prefecto llevó a los niños a la capilla para rezar el rosario.