Se considera el primer baño de sangre del proletariado ecuatoriano del 15 de noviembre de 1922, fue el Ejército Nacional, quienes dispararían sus fusiles brutales. Después de este acontecimiento Joaquín Gallegos Lara, traslada a las páginas de la novela a personajes históricos de la vida política del país. Por ello se considera que Joaquín Gallegos Lara escribió un documento testimonial, “Las cruces sobre el agua”. El Estado ecuatoriano nunca ha reconocido este crimen de estado, el movimiento obrero ecuatoriano consideró el 15 de noviembre como fecha conmemorativa.